Su ventaja frente a otros métodos es que este se puede levantar a grandes proporciones en poco tiempo, como ocurría en dichas fortalezas, además de un costo económico muy bajo.
Para ello extraían el material arcilloso de las colinas, lo procesaban corrigiendo su granulado y le agregaban un aglomerante, la cal. Mezclaban todo perfectamente y le añadían agua para humedecerlo. Se ponía en obra dentro de unos moldes de madera con dos tapas laterales formadas por tablas u un conjunto de piezas que impedían su deformación.
Se compactaba mediante unos pisones de madera de peso y forma variable de ahí sus huecos y franjas en la costrucción características llamadas cajones y mechinales, distintos en función de la zona.
Cada estructura rellenada, compactada y desmoldada se llama tapia, es así que un muro ejecutado de esta madera esta formado por tapias.
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